• Sustrato: Necesita un suelo fértil, suelto y poroso; precisa humedad constante, pero no soporta el encharcamiento.
• Luz: La luz natural le es imprescindible para mantener el color, pero el sol directo podría quemarla. Es importante que no reciba luz por la noche,
• Humedad y riego: La humedad y el riego son los aspectos más críticos del cuidado de esta planta. Conviene regarla dos veces por semana, sumergiendo la maceta en un recipiente con agua. Como buena planta tropical, el exceso de sequedad ambiental la perjudica hasta provocar la caída de las hojas. Se debe colocar en un lugar alejado de los radiadores y chimeneas.
• Temperatura: La temperatura no debe exceder los 23 grados durante el día ni bajar de 16 grados por la noche.